Vinieron desde Suiza para celebrar su boda al calor de una bonita tarde de verano valenciana. Mientras Imanol se preparaba en su hotel, Carla se disponía a deslumbrarnos a todos con su delicado vestido. Novios listos y masía luciendo en todo su esplendor (el trabajo de Romeos y Julietas siempre enamora…). A partir de ahí, imposible quedarse con un solo momento: la emotividad de los votos que se leyeron los novios, el romántico paseo en coche del que disfrutaron tras la ceremonia, los mil y un detalles que envolvieron el enlace, el divertido lanzamiento del ramo de la novia o el baile final bajo las luces de verbena convirtieron la cita en una fiesta imposible de olvidar. ¡Enhorabuena, pareja!
